Expedition 33. Es el primer juego que me hizo tener un flashback inmediato a cuando jugué FFVII por primera vez. Una experiencia sublime de principio a fin, donde la historia no te suelta y te destroza cuando puede, mientras suena la melodía más melancólica posible.
Sin spoilers, desde el prólogo, te da un tentempié de lo que vivirás en cada arco, y que mejora con cada progreso en la historia. Mecánicamente el juego agarra muchas influencias y lo hacen sentir fresco y atractivo. Y cuando digo influencias, es un listado enorme: desde los Final Fantasy, Persona, Chrono Trigger, Legend of Dragoon, Mario RPG, e incluso juegos como DMC, Sekiro y Souls/ER, entre otros. Cada decisión artística (diseño de niveles, historia, música) eleva la experiencia y te sumerge capa por capa hasta el cierre de la trama principal, donde la última decisión hará que no puedas tomarla de inmediato sin revivir todo lo acontecido. No hay un final feliz ni uno que se sienta completo, sino más bien es el reflejo del balance que uno coloca sobre lo que ofrece la historia y cómo esta sea procesada por el jugador.
El juego es, principalmente, la definición de "El todo es más que la suma de sus partes", ya que analizando las cosas por separado se pueden encontrar varios aspectos que pudieron trabajarse mejor (y lo digo luego de 1 mes procesando cada elemento del juego), pero que empaquetado lo hace sentir como una obra atemporal.
Sin lugar a dudas, si no es el GOTY por la crítica, está dentro de los juegos que marcan una generación, y siento que disfrutar este juego como adulto es mucho más impactante por el mensaje y contenido del juego. Inclusive tiene su momento "One Winged Angel". Cuando lleguen a ese momento, lo sabrán.